jueves, 22 de marzo de 2018

Las razones de unos padres contra los remedos infantiles de procesiones desde la Escuela Pública



En algunas Escuelas donde tantos niños y niñas van a recibir una educación igual parar todos,  nos dicen que hay una procesión infantil.
Los padres y madres que las hemos elegido públicas, precisamente para ello, nos encontramos con que desde la Direccion permiten que se organicen procesiones y visitas a las iglesias o hermandades, con menores desde los 3 años.

Veamos lo que dicen y argumentan: [extracto y resumen de varias de las quejas que recibimos]


No estamos de acuerdo con la divulgación y celebración de este tipo de actos religiosos por parte de escuelas públicas.

En primer lugar no basta con que la actividad sea voluntaria , ya que se trata de algo discriminatorio. gravemente excluyente.
Para los niños que no acuden puede suponer un hecho dramático el separarlos de sus compañeros del grupo clase, en el horario lectivor. Estos pequeños, niños y niñas de corta edad, lo más natural es que sientan esta segregación o separación como un castigo.

Tal y como marca la Constitución de nuestro país, la Escuela Púbica acoge a todos, por lo que es aconfesional.  Lo más plural y respetuoso con todo ciudadano, incluidos los no religiosos, los ateos o aquellas personas que practican otras religiones, es que cada familia opte libremente por compartir con sus hijos estas actividades que van a estar dedicadas al publico los próximos días de Semana Santa. Algo que estará  fuera del entorno de la educación pública, y se hará a la voluntad de quien lo desee, desde el ámbito privado, dn las calles de nuestras ciudades.

Nos resulta increíble que hoy en día una escuela de educación pública pueda poseer un Paso de Cristo que la represente, que organice actividades confesionales como son las procesiones, o que ademas, pueda realizar visitas a parroquias para ver imágenes religiosas con grupos de niños y niñas llevados por  su Escuela Pública.
Nos parece imposible no relacionar estos actos con hechos de culto religioso. 

A ello se  le suma el que se les asigna en esta actividad, a niños y niñas, vestimentas y roles diferenciados, distintos por sexo, que la tradición de la procesión exige, pero que son algo inaceptable para ser organizado y solicitado desde un centro educativo porque, por ejemplo, vulnera la igualdad de género.
Un disparate

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