En todas estas operaciones terroristas hay unos sujetos o individuos manipulados por otros. En este caso, por el fanatismo religioso. Pero hay algo más, que nos concierne a todos.
Los asesinos son la larga mano de otros que jamas dan la cara.
Así que la separación Iglesia - Estado es necesaria porque promueve una educación laica, no supeditada al adoctrinamiento religioso ni de otra naturaleza.
Así que la separación Iglesia - Estado es necesaria porque promueve una educación laica, no supeditada al adoctrinamiento religioso ni de otra naturaleza.
Permite convivir desde la escuela a diferentes creencias, en el respeto a las diferencias.
Es una educación pública que
no permite considerar enemigos a los de otras religiones o ideologías, sino que
hace de los Derechos Humanos Universales la base de los valores sociales
compartidos y compartibles por todos.
La educación
pública y laica supone anular, o someter a discusión, la acción
de esos líderes todopoderosos que envían a otros a matar desde el odio
y la violencia contra un supuesto enemigo de la patria, del grupo, esta vez
religioso.
Y también supone conseguir que no pueda tener base esa concepción
manipuladora de los enemigos a batir, esos que no
comulgan con sus postulados y su visión del mundo
Supone desvelar la falacia de que ponerse al servicio de esos líderes, supuestamente
enviados de algún dios o autoridad moral, es acatar el desprecio absoluto a la vida de esos a los que convierten en asesinos y condenan a la muerte,
haciéndoles creer que serán mártires, salvadores de su grupo humano.
La educación laica desactiva el elemento
religioso fanático, criado y alimentado sobre la base de falsas expectativas,
las de que una comunidad será salvada de sus problemas sociales gracias a
las acciones terroristas contra inocentes.
Una educación homogeneizadora, basada
en dogmas ideológicos o religiosos, separa a los diferentes, crea grupos antagónicos que terminan siendo
enemigos. Crea monstruos.
En España sabemos algo de todo ello. Y
en el tan cercano siglo XX.
Así que libertad de expresión aprendida en la escuela
educación laica, inclusiva y cohesionadora,
con valores cívicos comunes y
compartidos mas allá de los de carácter privado.
La religión fuera de la escuela
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