¿Participa usted de las procesiones de las cofradías en semana santa?
¿Cree usted que las personas que gustan de
estas procesiones tienen dificultades para acudir a verlas, para
desfilar en ellas o para inculcar a sus hijos e hijas la afición por
estas tradiciones?
¿Ha elegido un colegio público para que sus hijos e hijas aprendan y convivan en paz y respeto con los otros, sean o no capillitas cofrades o rocieros?
¿Le gustaría que colocaran los cristos y las dolorosas en
las aulas y los pasearan por los patios del cole, e incluso que salieran a la
calle (escoltados por la Policía Local) en una procesión de los niños y niñas disfrazados
para ello desde la escuela con mantillas y velos, capirotes y sayas de
nazarenos?
¿Cree que pueden incomodarlos desde la escuela para que
acepten o se nieguen a ello, por no ser acorde con los programas educativos? negándose
a vestir?
¿Sabe usted que nada de eso está incluido en los contenidos
de la enseñanza Infantil y Primaria?
Pues da igual
Si a sus hijos les han tocado por azar ciertos colegios
públicos andaluces. Por ejemplo los de
Pino Montano en Sevilla, o alguno que tuvo que retirar la actividad, por
indicación de la Inspección Educativa, en Córdoba y en Granada, ante las
denuncias de los padres. Sea usted o no cofrade, capillita, penitente o
paseante; sea creyente o no creyente, piense o no que la “cultura andaluza”
consiste precisamente en ir de mantilla y de capirote, da igual su respuesta...
En la escuela pública, en la escuela de todos, durante el
tiempo en que deben desarrollar los objetivos de enseñanza señalados
oficialmente, algunos colegios ocupan el horario lectivo en pregones y en
procesiones cofrades con mantos y capirotes para niños de cuatro o cinco años.
Y dicen que se trata de la más estricta tradición. Claro es, la que gustan
algunos. Y si hay padres y madres que
prefieren que reciban sus clases con normalidad, que se fastidien y que sus hijos e hijas dejen de aprender lo
que dice el programa de su clase.
Por supuesto que no se trata de muchos centros, pero es una
moda “que se va trasladando poco a poco” (nos dicen algunos de los que lo
denuncian), bajo los tópicos de la identidad cultural. Por lo visto Andalucía
basa su identidad en las procesiones que pasan por nuestras calles, y no en la
educación de calidad de nuestros pequeños futuros ciudadanos y ciudadanas en
valores, en conocimientos y en formación, según señalan los programas para esa
edad.
¿Y a eso qué dice la inspección educativa?
Maria Dolores González Cantos.
1 comentario:
Me dice mi amigo José Manuel:
No me puedo creer que pasen estas cosas en las escuelas pñublicas. Es ridículo, y provoca una reaccion de verguenza ajena, el ver a niños y niñas disfrazados de mala manera, portando monigotes en andas. Si hablo como creyente diré que eso es inaceptable. ¡Qué falta de respeto a las imágenes que consideramos sagradas! Si no soy creyente diré: pero ¿no hay cosas mas dignas que hacer en un colegio, con niños pequeños que tienen que aprender lo que es el arte, la belleza, el teatro en la calle...? ¿Cómo lo consienten sus profesores?
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