LA "SEMANA SANTA" SE ACERCA.
PRONTO SE PODRÁN VER LOS DESFILES PROCESIONALES
EN LAS CALLES Y PLAZAS
La Escuela no es lugar para procesiones.
EN LAS CALLES Y PLAZAS
La Escuela no es lugar para procesiones.
Desde ya hace muchos años, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), respondiendo a denuncias de ciudadanos españoles, declaraba que la presencia de símbolos religiosos en nuestros centros escolares o universitarios vulnera la libertad de conciencia de alumnos y profesores, y atenta contra el principio de igualdad entre los que mantienen diferentes creencias o ideologías. Hoy, no solo la opinión pública; creyentes, no creyentes, agnósticos o fieles cristianos, ya lo exigen:
Así, la asociación E-Cristians, otras muchas pertenecientes a Redes Cristianas; y la opinión pública de la sociedad española, cada vez más informada, culta y secularizada. En las aulas sevillanas quedan ya escasos centros públicos que muestren en sus dependencias imágenes religiosas. También han ido desapareciendo de los Colegios, en estos años de democracia, los remedos de desfiles procesionales con niños y niñas. Sus disfraces, con cruces, mantos, capirotes y mantillas, nos decían padres y madres, resultan ridículos a esas edades, y desproporcionados dentro del espacio educativo de la escuela. Pero sobre todo, suponen identificar ese Colegio Público con una fe o referencia religiosa del ámbito personal que no hay que privilegiar sobre otras creencias o convicciones, incluidas las de los propios creyentes católicos, por la propia dignidad de esos niños y niñas con disfraces inadecuados.
Los contenidos educativos los imparte un profesorado oficialmente preparado para ello, y seleccionado en concursos y oposiciones. Por eso saben que no solo seria inconstitucional (aconfesionalidad de la escuela pública) educar en función de creencias o convicciones, propias ni de sus alumnado; es que no tendría sentido, porque la religión es una esfera de fe y de dogmas, privada y respetable, cuyos caminos son distintos al de la ciencia en la que se basan y alimentan los objetivos de la enseñanza pública que imparten . Los Centros educativos de cualquier nivel, dependientes de las instituciones del Estado, son neutrales en ese aspecto privado, porque están obligados a respetar la libertad de conciencia de nuestros jóvenes aprendices de ciudadanos que allí son educados para lograr la madurez y la actitud crítica.
Y por eso, tampoco incluyen en su currículos sus gustos particulares por fiestas o tradiciones de referencia religiosa, como son los desfiles procesionales, que se celebran amplia y dignamente en las calles de la localidad, lugar adecuado y abierto para participar o no en ellos libremente.
En estos momentos de la política parlamentaria, es importante que Sevilla Laica informe a la sociedad de los conflictos que genera la clase de religión dentro de la Escuela. El hecho es que Sevilla laica, y Andalucía Laica, han recibido durante estos últimos años quejas y denuncias de
padres y madres al respecto, relativas a la presencia en los centros
educativos públicos de símbolos religiosos, e incluso de carteles o convocatorias para
dar publicidad a mensajes de la iglesia católica. Protestan de que se organizan actividades "culturales" o festivas que en realidad son confesionales, pues utilizan y desarrollan contenidos religiosos fuera de la clase de
religión. Todo ello deshace la cohesión del alumnado, porque señala con el dedo, y minusvalora como diferentes, a niños y niñas, personas o grupos, que no han elegido dar religión.
Es verdad que la Inspección Educativa los va solventando, con indicaciones pertinentes a sus directivas y AMPAS, así como a quienes nombrados por el obispado dan la clase de religión. Pero no cesan del todo estos conflictos.
Es verdad que la Inspección Educativa los va solventando, con indicaciones pertinentes a sus directivas y AMPAS, así como a quienes nombrados por el obispado dan la clase de religión. Pero no cesan del todo estos conflictos.
Nos cuentan
que los niños y niñas no entienden que los separen de sus compañeros del aula o que pueden sentirse culpables por NO participar, o que temen haber perdido el cariño de sus maestros por NO
dar esa clase de religión que SI dan los otros de su grupo. Y también tenemos quejas del profesorado, aunque en menor número, como es lógico.
La gravedad de
estos hechos puede pasar desapercibida a quienes los admiten en su centro, aun
sin estar de acuerdo, por creer que lo mejor es dejar hacer. Pero así
están defraudando sus propios objetivos educativos.
Muchos padres y madres, así como miembros del profesorado, se nos muestran satisfechos de haber contemplado o ayudado a organizar en sus Colegios Actividades Culturales relacionadas con temas del curriculum, muy educativos en todos los órdenes de aprendizaje, que no son los que se quieren reproducir en las aulas.
Es curioso, porque, de todos modos, se producen en cada festejo o celebración tradicional fuera de las aulas.
Es curioso, porque, de todos modos, se producen en cada festejo o celebración tradicional fuera de las aulas.
La educación formativa y
madura, sin discriminaciones por SI/NO religión, es clave para una convivencia
sin tensiones en la comunidad educativa.
LA ESCUELA PÚBLICA ES LAICA.
LA RELIGIÓN TIENE SU LUGAR FUERA DE LA ESCUELA.
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