Sevilla
Laica estuvo en Morón de la Frontera el viernes 22 de Noviembre.
El Colectivo
Asambleario Local nos pidió una charla sobre laicismo para informarse de
nuestros objetivos, con la generosa idea,
además, de colaborar en su caso con nosotros en la difusión de las campañas que
tenemos en marcha.
Son un grupo
muy activo y solidario, que a partir de un local totalmente abandonado por la
administración, ha conseguido tener un centro utilizado ahora por muchos grupos y asociaciones del pueblo. Antes de
ellos estaba literalmente vacío. Nosotros estuvimos en un lugar completamente lleno: de estanterías de libros, de sillas
para el encuentro y el debate, de proyectos y de personas ilusionadas y
comprometidas en ellos…
La charla
trató primero de cuáles son los fundamentos filosóficos y políticos del
laicismo, que como sabemos están desde luego en la propia democracia. A partir
de ahí pudimos pasar luego a analizar la realidad de la democracia española,
que lastrada por un poder de siglos de la iglesia católica, no termina de independizarse de algo que las
otras democracias europeas han conseguido hace muchos lustros: eliminar la
intromisión de la Iglesia en los asuntos públicos. Es decir, que la democracia
española sea un Estado Laico.
En el debate
se concretaron muchas cosas a partir de las interesantes preguntas y
sugerencias del público.
Y no es que
el laicismo sea antirreligioso (de hecho, hay muchas personas y organizaciones
cristianas, católicas, que son
laicistas). Es
que al Estado garantiza la libertad (dentro de la ley), de opiniones e
ideologías, de creencias religiosas o no, de sus ciudadanos, pero es neutral en
esos ámbitos de la conciencia individual.
El laicismo
exige al Estado que cumpla con lograr simplemente que a los clérigos, sean de
la religión que sean, ni se les ocurra siquiera meterse a querer imponerse a
toda la ciudadanía desde los dogmas y principios “morales” de sus fieles. Y lo
hace, por ejemplo, presionando a favor o en contra de las leyes (matrimonio, divorcio,
despenalización del aborto, salud, avances científicos…). Y desde luego, que no
se pliegue a sus apetencias de privilegios, y no solo económicos. Ahora recibe
unos 11.000 millones de Euros entre ingresos directos, desgravaciones fiscales
(no paga IBI, ni otros impuestos), subvenciones, pago de sueldos a curas y
jerarquía, etc. etc.). Es injusto y discriminatorio, sobre todo en esta época
de recortes, de paro, de desahucios, de Presupuestos Generales disminuidos. Es al Estado
a quien exigimos un funcionamiento de la
democracia sin clericalismos. Somos nosotros los ciudadanos, creyentes o no, quienes no podemos consentir ni símbolos religiosos católicos en ámbitos
públicos, que son de todos; ni catequistas en las aulas de una Escuela que enseña a convivir a
los que son diversos, que da una formación común , sin dogmas particulares. Iglesia
en su sitio, sin colarse en los asuntos públicos.
Nuestro
objetivo es el Estado laico, que respeta a los ciudadanos tomados de uno en
uno, pero que persigue el bien común, la convivencia ciudadana desde la diversidad individual.