Estos días comparto mensajes de felicitación para la labor de Sevilla Laica, y también algunos críticos, los de quienes no entienden qué tenemos en contra de la semana Santa, e incluso de la iglesia especialmente yo, que he trabajado 9 años en un colegio católico del cual guardo gratos recuerdos y buenos amigos.
No, no es una campaña contra la iglesia ni contra la Semana Santa, que por supuesto respeto y cuya importancia cultural y turística es indiscutible. Es una campaña por alejar los dogmas de fé fuera de las aulas, al menos de las públicas.
No, no es una campaña contra la iglesia ni contra la Semana Santa, que por supuesto respeto y cuya importancia cultural y turística es indiscutible. Es una campaña por alejar los dogmas de fé fuera de las aulas, al menos de las públicas.
Cuando decidí que mi hijo menor no fuera a religión cuando empezó el Colegio fue una dosis de realismo tremenda y muy dura. Con tan sólo tres añitos era apartado de su grupo, él y dos niños más salían de su aula. El resto de padres no se atrevieron a dar ese paso y dejaron que dieran religión para que no sufrieran el mismo aislamiento que el mío. Más tarde, en Primaria si lo harían.
No hay derecho.
No hay derecho.
Tampoco a que ahora, en un colegio púbico, un grupo salga a la calle en procesión mientras el resto se quedan en clase, atendidos de cualquier manera, esperando. Y todo por unas creencias religiosas que deben quedar en el ámbito familiar... justamente ahí donde decidimos si queremos inculcar una religión o unas creencias, no en el aula. El aula para los conocimientos y los valores humanos.
Siento el rollo, pero esto es más importante de lo que parece. Son nuestro menores y no deben ser adoctrinados. Hasta que no proponga alguien una actividad de divulgación atea, evangelista o mormona, no entenderán algunos el grave error que implica mezclar educación y religión.
Se dice que en los colegios de primera hay una opción si no quieres que tu hijo de religión. Es totalmente falso. A mi hijo de 6 años,lo tuve que volver a meter en religión, ya que, al ser el único que no la daba, lo sacaban de la clase y lo llevaban a otro grupo (que estaba dando cualquier materia, matemáticas, lengua, y de otra edad...). El lo veía como un castigo... Espero que algún día la escuela laica sea una realidad. En los pueblos, es difícil, veo con pesar, que hay una creciente evangelización en los colegios públicos
ResponderEliminarYo viví la misma experiencia con mis tres hijos hace .... más de 25 años. Lastima que no avancemos en eso tan importa te que es una escuela laica de verdad, no solo en un articulo del Estatuto de Autonomia
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